Dal 12-02-20 al 19-02-20
Estas sesiones comienzan con una introducciónal mito de Medea. Se ponen sobre la mesa diferentes preguntas acerca de la maternidad, nuestra lengua, de dónde venimos, el amor, los celos, la traición… Estas primeras reflexiones darían paso a la importancia de la memoria, cómo nuestra memoria puede ayudar a nuestro yo actor introduciéndole en recuerdos relacionados con lo que queremos sentir. En este caso, tuvimos que pensar en dos recuerdos a partir del mito de Medea: una vez que te traicionara alguien, y una vez que traicionaras tú a alguien. La memoria, tal como dijo Fabio, no es la realidad, sino una transformación de la misma.
A partir de ese ejercicio reflexioné sobre dos recuerdos muy concretos: cuando yo abandoné a una amiga y cuando una amiga me abandonó a mí. Pueden parecer similares pero lo que me evocaba cada uno era completamente diferente. Esto me dio a pensar que lo que recordarían ellas probablemente también sería muy diferente a lo que yo recordaba.
Hablamos además del compromiso del actor, la disciplina y la seguridad que tiene que tener. Poco a poco fuimos entendiendo el mensaje del primer día de “más o menos no vale, debe ser un sí o un no”.
Durante los entrenamientos la disciplina era difícil de seguir, las respiraciones de PaTuan Chi al principio se hacían costosas pero a medida que pasaban los días, iba encontrándome en esa técnica. La colocación es esencial para poder sentir y relajar el cuerpo, la energía del aquí y el ahora se sentía enormemente y poco a poco se alcanzaba un estado de disponibilidad que personalmente me ayudaba a estar despierta y presente el resto de horas.
Respecto a la kata y al oso me ocurrió algo similar, al principio era muy frustrante no poder encontrar tu cuerpo en la postura y reintentar una y otra vez la secuencia siempre con algún fallo; pero poco a poco fuimos aprendiendo ambos ejercicios de manera que me concentraba tanto en mi posición que el movimiento fluía conscientemente pero sin tensión. Repetir una y otra vez los ejercicios era difícil para mí, pero también lo utilicé para aprender a revivirlo cada vez de una manera diferente, cambiando puntos de referencia o concentrarme en partes de mi cuerpo diferentes para intentar seguir concentrada a pesar de todo. No siempre lo conseguía pero supongo que ahí también estaba el trabajo, en intentarlo pese a todo.
A la hora de escoger el poema y desarrollar las acciones me encontré con otro conflicto, me costó mucho determinar acciones que fueran activas físicamente, pero también tuvo su parte buena encontrar otras acciones más “difíciles” sobre las que experimentar y trabajar. Desarrollar el gesto sobre estas acciones fue algo fluido, fruto de la investigación y no de imponerme, y personalmente es un logro para mi dejar que las acciones fueran apareciendo y evolucionando.
Me llevo mucho aprendizaje de estos días, a nivel profesional y a nivel personal. Hay frases que todavía se repiten en mi entrenamiento diario y que siempre podré aplicar: la importancia de la mirada, el desarrollo, la investigación de la acción y del gesto, no fingir, si no hacer, conectar con nuestro centro, la importancia de la voz, y como ésta ha ido enseñándome todos los colores que tenía y yo ni había descubierto, la claridad y la concreción, la belleza…
No sé si podría resumir esta experiencia porque ha significado mucho. El poder observar cómo entienden y hacen teatro personas de otras culturas es un regalo enorme, trabajar fuera de mi zona de confort me ha ayudado en un momento necesario como actriz a abrirme al mundo y descubrir otras formas de pensar y de sentir. Salir de casa es necesario, siempre me ha gustado viajar, y mezclar el viaje con mi formación ha sido de las mejores decisiones que he tomado.
Solo puedo dar gracias, gracias por la oportunidad, por la experiencia, por el tiempo y la paciencia. Ojalá todos los actores que se están formando pudieran vivir algo así de rico y de bonito. Ha sido una experiencia única, llena de enseñanza y de buena energía que por supuesto nunca voy a olvidar.
Paloma Diez